Los efectos del cambio climático, pandemia, los mercados más exigentes, la necesidad de mejorar la calidad de vida plantean un enorme desafío a la producción de fruta chilena sustentable para los mercados nacionales e internacionales. Debemos sumar a ello, conflictos entre naciones en el planeta.
En el caso de la fruta fresca, Europa es un mercado especialmente importante, siendo Holanda la puerta de entrada de la fruta chilena al mercado de Europa. Por lo tanto, nos plantea como país oportunidades y desafíos que priorizan los atributos de inocuidad, seguridad alimentaria y calidad de la fruta chilena así como su origen, abriéndose un enorme potencial de la fruta fresca chilena en los mercados sustentables.
Las exigencias de calidad en aspectos como el calibre, color, sanidad, y la inocuidad de la fruta se tornan cada día más importante en la elección de los consumidores.
Si bien la implementación de sellos cada vez más exigentes en normativas, protocolos que apoyen la gestión sustentable como la certificación de BPA, los avances del “Systems Approach” en uva de mesa, la Food Safety Modernization Act (FSMA) con su conjunto de nuevas normas que actualizan la ley de inocuidad alimentaria de los EE.UU., entre otras Buenas Prácticas Agrícolas y en Sustentabilidad, han sido tremendos logros, aunque todavía resta un camino por recorrer para producir fruta chilena sustentable para los mercados nacionales internacionales.
El trabajo colaborativo demuestra que las posibilidades de que las regiones ejerzan una gobernanza propia en esta materia es loable para los manejos más sustentables en los huertos.
Actualmente, se han realizado importantes aportes en las distintas materias, a nivel estatal, privado y de la academia, pero en la experiencia del Programa Transforma Fruticultura Sustentable en la región de Valparaíso, al alero de CORFO hace seis años, no obstante debemos mejorar la coordinación y empujar con más fuerza proyectos que lleguen en forma mas eficaz a disminuir las brechas presentes en el sector frutícola en especial en agricultores de tamaño pequeño y medio. El aporte también de la gran empresa, sin duda, en esta cadena, invocando la responsabilidad social empresarial, es un factor importante.
Entre algunos ejemplos, destacamos el avance en un proyecto piloto en conjunto con INIA y fruticultores para medir el nivel sustentabilidad en la empresa agrícola, instrumento valioso que aborda los ámbitos económicos, ambientales y sociales de su sistema productivo y entorno y que mide, diagnostica y monitorea el grado de sustentabilidad mejorando la competitividad y la sustentabilidad.
En materia de calidad e inocuidad los avances han permitido disminuir la carga de plaguicidas en los cultivos, reduciendo los niveles de químicos en la fruta, suelo y ambiente y por ende sus costos.
Un ejemplo de cultura asociativa es el desarrollo e implementación de una Plataforma de monitoreo del río Aconcagua, ya que es resultado del trabajo conjunto entre las juntas de vigilancia y la Dirección General de Agua, iniciativa que aspira a realizar una gestión transparente y sustentable del recurso hídrico, intercambiar experiencias y complementar acciones en la cuenca.
Todas las iniciativas antes mencionadas integran la dimensión de la Sustentabilidad, abarcando lo ambiental, social, humano, la innovación, los consumidores y las políticas gubernamentales. Confiamos en que este tipo de esfuerzos trasciendan en el tiempo y se consideren parte de las políticas públicas en beneficio de lo local, nacional e internacional.
La tarea continúa, ejemplo de ello, la preservación de la flora y fauna nativa y potenciar la biodiversidad en el entorno de los cultivos frutícolas, uso eficiente de la energía, nuevas fuentes de agua, mejorar la calidad del suelo, disminuir ocurrencia de plagas y enfermedades, control y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, manejo de desechos, entre otros.
Estamos disponibles para seguir uniendo puentes de colaboración con las nuevas autoridades y empujar iniciativas de políticas públicas, que sigan mejorando la calidad de vida del agricultor, su entorno y ruralidad en la dirección de “Ser Sustentable”.