4 de noviembre de 2025

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Eficiencia investigativa en universidades chilenas no depende del tamaño ni presupuesto

+NOTICIAS.- Un análisis del Doctorado en Educación de la Universidad de Tarapacá demostró que instituciones medianas y regionales logran transformar sus recursos en conocimiento con mayor eficacia que algunas de las universidades más prestigiosas del país.

 

REGIÓN DE TAPARACÁ, Iquique.- En Chile, la producción científica suele asociarse con el prestigio o la disponibilidad de recursos, pero un reciente estudio del Doctorado en Educación de la Universidad de Tarapacá (UTA) desafía esa percepción. La investigación demostró que no siempre son las universidades más grandes ni las mejor financiadas las que logran mayores niveles de eficiencia investigativa, sino aquellas que gestionan de manera más inteligente sus medios y talentos.

Francisco Ganga Contreras, académico de la UTA y uno de los autores del trabajo, explicó que el propósito fue “comprender qué instituciones son capaces de transformar de forma más eficaz sus recursos en resultados científicos, sin importar si disponen de presupuestos amplios o acotados”. Según el investigador, el sistema chileno presenta modelos de financiamiento muy dispares -algunas universidades dependen casi totalmente del pregrado, mientras otras se sostienen mediante servicios externos o fondos estatales-, lo que hace necesario evaluar la eficiencia relativa y no solo la magnitud del gasto.

 

 

El estudio utilizó la metodología Data Envelopment Analysis (DEA), que permite comparar unidades similares considerando múltiples variables de entrada y salida sin requerir una función de producción predefinida. En este caso, los insumos analizados fueron los ingresos operacionales, la cantidad de académicos equivalentes a jornada completa y la matrícula estudiantil, y como producto se consideró el número de publicaciones indexadas en Scopus entre 2020 y 2022.

Los resultados fueron reveladores: tres universidades alcanzaron un 100% de eficiencia y siete superaron el 90%, destacando la Universidad Católica del Maule, la Universidad de La Frontera y la Universidad de Tarapacá, que se ubicó muy próxima al grupo de máxima eficiencia. “Constatamos que la eficiencia no depende de los montos, sino de la forma en que se orientan los recursos hacia la investigación. Algunas universidades pequeñas logran resultados excepcionales porque priorizan la generación de conocimiento como parte esencial de su identidad”, señaló Ganga.

 

DIFERENCIAS SIGNIFICATIVAS

La investigación -que forma parte de los resultados preliminares del proyecto Fondecyt 1231766, integrado por Francisco Ganga Contreras, Juan Bautista Abello Romero, Patricio Viancos González, Natalia Abello Cifras y Wendolin Suárez Amaya- evidenció también una clara brecha entre universidades públicas y privadas. Las pruebas estadísticas aplicadas arrojaron diferencias significativas a favor de las instituciones estatales, lo que, a juicio de Ganga, responde a su misión histórica: “las universidades públicas conciben la investigación como una función inherente a su quehacer, mientras que muchas privadas, especialmente las más jóvenes, fueron concebidas principalmente como centros docentes”.

Por otro lado, el académico enfatizó que el estudio no pretende establecer ganadores o perdedores, sino ofrecer información útil para fortalecer la gestión. “En lugar de ver los resultados como un ranking, las universidades pueden interpretarlos como un diagnóstico que permita reconocer sus fortalezas, detectar brechas y optimizar la forma en que emplean sus recursos”, afirmó.

 

 

Además de su valor académico, la investigación plantea implicancias directas para las políticas públicas. Según Ganga, el enfoque DEA podría incorporarse como complemento en la distribución de fondos estatales, promoviendo incentivos que premien la eficiencia y no solo el volumen de producción. “Esto ayudaría a asignar recursos de manera más justa, reconociendo el mérito de quienes logran más con menos”, puntualizó.

El equipo proyecta una segunda etapa que incluirá indicadores de impacto, calidad y transferencia, tales como el cuartil de las revistas, la autoría principal en los artículos y la aplicación social del conocimiento. “No se trata únicamente de publicar más, sino de hacerlo con pertinencia, transparencia y coherencia con la misión institucional”, concluyó el investigador.

 

Fuente: Universidad de Tarapacá

 

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