El alza en el precio de los alimentos es un problema que nos afecta a todos, pero especialmente a las familias más vulnerables del país. Según los datos de la última encuesta Casen, en Chile hay niveles moderados y severos de inseguridad alimentaria que afectan a alrededor del 17% de la población, lo que equivale a cerca de tres millones de personas que viven con la incertidumbre de no tener qué o cuándo comer.
En los últimos doce meses, el precio de la canasta básica ha experimentado una de las mayores alzas, llegando a $68.367 con una variación acumulada de 7,2% entre julio 2023 y junio 2024. El primer semestre de este año ha sido particularmente crítico, con un importante incremento en el valor de los productos agrícolas. Las dificultades para acceder a productos de alto valor nutricional, como frutas, verduras, lácteos y carnes, perjudican la seguridad alimentaria y aumentan la malnutrición de las familias.
Es fácil prever que el encarecimiento de los alimentos profundizará estas brechas: en muchos hogares, una comida con una adecuada ingesta de nutrientes esenciales seguirá siendo reemplazada por un té y un pan, o por otros productos de bajo costo y baja calidad nutricional, lo que agudiza la compleja situación de los grupos de menores ingresos.
El impacto del aumento en el precio de los alimentos en las personas más desprotegidas es la causa silenciosa de problemas colaterales como la obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes y, en general, un deterioro de la salud en el mediano y largo plazo.
En este escenario, los bancos de alimentos se presentan como un espacio relevante de colaboración y equilibrio ante este desafío. Red de Alimentos trabaja desde el año 2010 rescatando y redistribuyendo productos de primera necesidad que no van a ser comercializados, pero son aptos para el consumo humano. En 14 años, ha gestionado 81 millones de kilos de alimentos, evitando la emisión de 182 mil toneladas de gases de efecto invernadero y apoyando a 300 mil personas en todo el país cada año.
Para abordar este desafío, cuenta con el apoyo de más de 470 organizaciones sociales con 1.400 centros de atención en todo el país. Esta coordinación es fundamental para resolver el problema de la inseguridad alimentaria en diversas comunidades.
Para llevar a cabo su labor, Red de Alimentos logra el respaldo de 213 empresas. Su colaboración es esencial, tanto para contar con productos y financiamiento, como la gran relevancia que tienen en la operación del canal de rescate y distribución “Retiro Directo en Tiendas” que, por medio de una aplicación, conecta directamente a organizaciones sociales con empresas para rescatar productos que no comercializarán y entregarlos a personas que los necesitan a lo largo de todo el país.
Hoy es más importante que nunca tomar conciencia de la situación que enfrentan miles de personas que se van a dormir sin haber ingerido los requerimientos nutricionales mínimos. Personas, empresas y organizaciones de la sociedad civil, en colaboración con el banco de alimentos, pueden marcar una gran diferencia para eliminar la inseguridad alimentaria en Chile.