Crea en esto… Usted está en este instante en un oasis informativo, en una burbuja a prueba de traumas, a la cual puede volver diariamente, sin daño colateral.
Lo contrario es lo que los especialistas vienen llamando hace tiempo «traumatización vicaria» o «estrés traumático secundario», que es la consecuencia natural del consumo de noticias negativas.
Desde los albores de la prensa, incluyendo la chilena, las malas noticias han sido pan de cada día. Las razones han sido muchas, y la industria del periodismo descubrió hace tiempo que son atractivas para la gente.
Las malas noticias no solo «venden», sino que además «vuelan». La gente las «compra» con asiduidad, y también las propaga con igual entusiasmo. Pareciera que no hay tema que valga sin ellas.
Y cuando la persona decide comprarlas, el precio que está dispuesto a pagar no es solo económico. Sabe que le puede estar perjudicando emocional o anímicamente, pero aún así persiste en la conducta.
El asunto envuelve todo un fenómeno, y en las últimas décadas se ha investigado y documentado el perjuicio asociado al gusto por saber lo malo que pasa en nuestro propio barrio y en el resto del mundo.
Insensibilización por un lado (o «embrutecimiento», como podría decirse en términos más prosaicos), hasta una creciente sensación de vulnerabilidad, son algunos de los efectos más reconocidos.
Conscientes de aquello, cientos de personas y líderes en todo el mundo se alejan cada vez más de los medios que llenan páginas y espacios con desgracias, polémicas y tragedias.
Buscan sus nutrientes informativos en medios diferentes y alternativos, como Medio Directo, que nace para destacar los muchos acontecimientos positivos que hay a diario en todo el territorio nacional.
A diferencia del consumo de malas noticias, la preferencia de buenas nuevas requiere una particular disposición, que si se vuelve habitual devendrá en costumbre, en una sana costumbre.
Esta preferencia se notará especialmente en quienes busquen oportunidades, ayudas, beneficios o soluciones, como las que este medio difunde, o en aquellos que pensando en otros quieran compartirlas.
Y Usted… ¿prefiere buenas o malas noticias?
Nosotros le proponemos: Prefiera Medio Directo. Solo buenas noticias.
