SOLUCIONES.- Investigador del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) explica cuáles son las amenazas y las oportunidades para conciliar la creciente producción de cultivos y la conservación de la biodiversidad.
Región de Valparaíso, Valparaíso.- En las últimas décadas los agentes naturales de polinización -principalmente insectos- han disminuido drásticamente por efecto de actividades humanas con impactos locales y globales. La industria alimentaria ha expandido los cultivos agrícolas intensivos, muchos dependientes de la polinización animal, pero al mismo tiempo ha reducido los hábitats de los polinizadores nativos.
Chile es un buen ejemplo de esta situación. El país se está convirtiendo en una potencia agroalimentaria en América Latina, donde la expansión de la agricultura intensiva se realiza a expensas de las tierras naturales, lo que representa una amenaza para la biodiversidad.
Así lo señalan en la revista científica Diversity un grupo de investigadores de las universidades de Playa Ancha, de La Frontera, Mayor, Metropolitana de Ciencias de la Educación, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y de Los Lagos, que publicaron el artículo «Acciones locales para abordar un problema global: una evaluación multidimensional de la crisis de polinización en Chile«.
DISMINUCIÓN DE POLINIZADORES
En el texto, los autores discuten los factores responsables de la disminución de los polinizadores, como la pérdida de hábitat, el uso de pesticidas, las especies invasoras, el cambio climático y sus efectos sinérgicos. Igualmente, identifican vacíos de información, las amenazas que deben abordarse y las principales oportunidades para conciliar la creciente producción de cultivos y la conservación de la biodiversidad.
El investigador del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) y académico del Departamento Disciplinario de Ciencias Básicas e Informática del Campus San Felipe de esta casa de estudios, Christian Jofré-Pérez, explica que los servicios de polinización son cruciales para la seguridad alimentaria y representan un servicio del ecosistema valorado en mil millones de dólares en todo el orbe.
“Aproximadamente el 75% de las especies de cultivos en todo el mundo depende de la polinización animal, sin embargo, el método de agricultura convencional dominante amenaza la conservación de los polinizadores debido a la contaminación química, el cambio de uso de suelo y pérdida del hábitat, así como la introducción de especies exóticas e invasoras. Esto es particularmente crítico, considerando que Chile cuenta con especies de abejas endémicas adaptadas a hábitats específicos como el mediterráneo. Por eso es fundamental abordar el contexto local para emprender acciones de manejo y conservación con impacto global”, afirma.
BRECHA INFORMÁTICA Y DESAFÍOS
Entre las amenazas descritas se señala que hay una falta de datos y programas de monitoreo que puedan proporcionar evidencia del estado de conservación de los polinizadores nativos, y su contribución al rendimiento de los cultivos. Como contraparte -dicen los investigadores-, la agroindustria chilena sigue introduciendo especies foráneas, como el abejorro Bombus terrestris, ignorando su eficiencia y aporte real al rendimiento de los cultivos, y generando un problema adicional a la conservación de los polinizadores locales, porque aumenta la competencia por recursos y favorece la llegada de nuevos patógenos.
De una gran base de datos que contiene información sobre 167 de 464 especies de abejas descritas para Chile, un 64% de estos insectos carece de evidencia reportada. Por lo demás, poco se ha estudiado sobre otro grupo de polinizadores relevantes como las moscas florícolas y las mariposas, o los colibríes, y menos sobre las interacciones planta-polinizador, así como de los efectos de la composición química de los insecticidas aprobados para la agricultura chilena.
“La ausencia de información es probablemente una de las brechas más importantes que afecta la toma de decisiones para acciones efectivas de manejo y conservación. Por lo tanto, para entender cómo se ven afectados los servicios de polinización en este escenario mundial cambiante, es necesario promover estudios locales y nacionales que evalúen la diversidad de polinizadores a lo largo del tiempo y el espacio. También se requiere utilizar evidencia científica y ciencia ciudadana para monitorear y reforzar el control de especies exóticas, e influir con ello en la legislación para detener nuevas importaciones. En este sentido, se abre una oportunidad de promover acuerdos transfronterizos para prevenir introducciones e invasiones de especies no deseadas”, precisa el investigador de la UPLA.
Añade que ante la falta de regulación es fundamental crear conciencia pública y establecer espacios de diálogo entre científicos y tomadores de decisiones para influir en la legislación, así como desarrollar una estrategia nacional de conservación de polinizadores y proporcionar a agricultores evidencia sobre el valor de los polinizadores silvestres y de prácticas de manejo que promuevan su uso en paisajes agrícolas.
Fuente: UV